«Vacía tu mente de todo pensamiento. Deja que tu corazón se serene.
Observa cómo prosperan las cosas y cómo vuelven a su origen.
Florecen y crecen, pero luego regresan a la raíz.
Este regreso a la fuente es la serenidad, es la forma en que la naturaleza sigue su curso. Rendirte al flujo de la vida es sabiduría. Resistirse a él es sufrimiento.
El sabio no impone su voluntad, sino que actúa en armonía con el Tao, sin forzar, sin apegarse a los resultados. Cuando dejas de luchar contra la vida, descubres que todo ocurre en su justo momento.
El río no apresura su curso, el árbol no se inquieta por crecer más rápido. Todo en el universo sigue su ritmo, y quien comprende esto, encuentra la paz.
No busques acumular, porque quien se aferra a lo material, lo perderá. No busques reconocimiento, porque quien ansía la aprobación de otros, se vuelve su prisionero.
Sé como el agua: fluye, adapta, nutre sin reclamar nada. Allí donde el agua encuentra resistencia, suavemente la atraviesa. Por eso, es más fuerte que la roca, porque no se opone, sino que persiste.
El verdadero poder no está en la dominación,sino en la humildad. El que se conoce a sí mismo es sabio, y el que se domina a sí mismo es poderoso.
No temas al vacío,porque en el vacío reside toda posibilidad. No temas al silencio,porque en el silencio se escucha la verdad.»
Un recordatorio de que la verdadera paz surge cuando dejamos de resistirnos a la vida y fluimos con ella. 🌿✨